Mis Novelas.

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martes, 25 de diciembre de 2012

Tentación. 44 Capítulo.





Soundtrack: The Volturi (Alexandre Desplat)



-No se suponía que habían muerto?- interrumpió Jasper.
-Qué haces aquí?- pregunté.
-Os escuché y no pude evitar intervenir. Ahora responde a mi pregunta.
-Yo... Bueno...
-Sí?- apremió
-Yo los salvé.- Admití cabizbaja.
-QUÉ!?-  exclamó Jasper. Inmediatamente, Alice y Carlisle aparecieron por el umbral.- TÚ... TÚ ESTÁS DESEQUILIBRADA, NO!? A... A TI LA PONZOÑA TE QUEMÓ LAS NEURONAS, CIERTO!?
-Otra pelea no, por favor...- gimió Esme.
-Jasper, cálmate...- intenté tranquilizarlo.
-QUE ME CALME!?- Alice le tocó el brazo.
-Jasper, Esme lo está pasando mal. Cálmate, cariño.- Él inspiró hondo varias veces.
-Perdona, Esme.- La aludida asintió.
-Jasper, puedes exponer tus opiniones a Elisabeth, pero de una manera calmada.- le recordó Carlisle.
-De acuerdo, empecemos de cero. A qué te refieres con que los salvaste?
-A quién salvó?- preguntó Alice.
-A los licántropos.- respondió. Mi hermana me miró entrecerrando los ojos.
-A qué esperabas para decírmelo?
-Realmente no pensaba hacerlo.
-Te importaría explicarnos todo desde el principio? No estoy entendiendo nada.- pidió Carlisle.

Hice lo que me pidió, intentando no hacer caso a sus pensamientos, sobre todo a los de Jasper.
Cuando terminé...

-Vale, muy bien. Sentiste el impulso (el cual todavía no consigo entender) de salvarlos porque eran sólo niños. Y por eso tuviste que matar a los cuatro vampiros que iban a salvarte?- preguntó Jasper.
-Realmente salvarme era una cosa secundaria, lo que querían era matar licántropos.
-Todos sabemos que uno de los instintos de los vampiros es matar licántropos, sobre todo para defenderse. Además, lo que cuenta es que a los que salvaste iban a matarte, mientras que los que mataste, intentaban ayudarte. Nadie te pidió que lucharas.
-Yo pedí a Riley que los dejara en paz, ya que a fin de cuentas eran sólo niños.
-Iban a romper el tratado.
-Lo sé, pero no entiendo que me pasó. Yo iba a irme!
-Sabes lo que harán los Vulturis cuando se enteren?
-Y por qué iban a hacerlo? Puede haber varios lobos con el mismo pelaje.
-Sabes que nadie puede mentir a Aro.
-Intentaré distraerlo. Pero en caso de que me ocurra no quiero que hagáis nada.- Abrieron la boca para protestar.- Prometedlo!
-A nosotros también nos matarán por incubrirte.
-Entonces id a decírselo.
-No vamos a decirle nada!- interrumpió Alice.- Por qué tienes una opinión tan mala de nosotros?
-No quiero que paguéis justos por pecadores.
-No vamos a abandonarte. Además, le has echo un gran favor a la humanidad.- sonrió un poco.
-No puedes tener ninguna visión?- pregunté. Negó con la cabeza.
-Están los licántropos de por medio.
-En todo caso, si consigues ver algo avísame.- asintió.- Voy a tomar un poco el aire, buenas noches. Jasper, lo siento.
-No sé cómo lo haces, pero eres la única que consigue hacerme gritar.- me mordí el labio inferior con culpabilidad y Jasper rió suavemente mientras me revolvía el pelo. Como si fuera una niña.


Salí de casa y comencé a correr hacia Seattle. No tardaría demasiado.

Fui recorriendo uno a uno los lugares por los que dentro de unas horas pasearía con Edward. Era ya cerca de la madrugada y Seattle sólo se veía viva por las luces unidas a la música sin sentido de las discotecas. Pasaban pocos coches por la carretera, y eso que estaba en el centro de la ciudad.
Decidí explorar el extrarradio, si fuera humana, no lo hubiera hecho ni en broma.

En esos momentos caminaba por los barrios -supuse- marginales de las afueras. Me lo decían los edificios de dos o tres plantas con las fachadas llenas de suciedad y cenizas. Apoyadas en los pocos árboles que el ayuntamiento había plantado allí pata embellecer aquella zona, estaban varias prostitutas; algunas fumaban intentando mitigar el frío y pasar el tiempo, esperando por un cliente. Al final de la hilera de árboles, un chulo discutía con una de ellas, incluso llegando a pegarle.

No había sido buena idea ir por allí. Un gato negro, lleno de pulgas y con un ojo arrancado en una pele, me bufó al cruzarse en mi camino.
Me dispuse a dar media vuelta e irme para casa cuando unos pensamientos soeces me asaltaron acompañados de un fétido olor a tabaco, alcohol barato y cocaína mezclada con marihuana.

-Eh, guapa, se te ha caído un papel.- me avisó el líder del grupo. Sus secuaces soltaron unas risitas.
-Ah, si?- pregunté por educación. No lo creía, pero miré al suelo de todas formas. Inocente de mí.
-El que te envuelve, bombón!- soltó. Las risitas anteriores se conviritieron en risotadas con un alto volumen.

Seguí caminando sin hacer caso. No me gustaban nada sus pintas, y mucho menos sus mentes.

-No te escapes, nena.- un escalofrío de terror y asco recorrió mi columna al oírle el tono en que lo decía.- vamos, quédate un poco más y tómate algo con nosotros, yo invito.- sonrió con sorna.
-No, gracias.- agradecí falsamente sin darme la vuelta y todavía andando.- debo volver a casa y antes encontrar el camino de vuelta.
-Te has perdido?- preguntó otro.
-Sí.
-Pues tranquila.- dijo el primero. Se agarró sus partes y se pasó la lengua por el labio inferior mientras miraba fijamente mi trasero.- yo te enseñaré todo lo que tienes que saber.

Los otros hombres volvieron a reírse estruendosamente y el sujeto líder rememoró todas sus anteriores violaciones. Ahora sabía de qué me sonaba su cara: había salido noticias por múltiples forzamientos sexuales a mujeres.
Rememoraba las caras de terror y sufrimiento, y cuando le pedían con lágrimas en los ojos que por favor no le hiciera nada. Y cómo él disfrutaba con eso.
Se me revolvió el estómago y mi boca comenzó a saber a cobre.
Apuré el paso, pero entre todos me acorralaron y me impidieron avanzar.

-Adónde crees que vas?- preguntó el capullo. Claramente era una pregunta retórica. Dio un paso adelante y me tiró del pelo levantándome la cabeza.- vamos a divertirnos un poco, qué te parece?
-Suéltame.- ordené entre dientes. Soltaron una risotada cínica y me soltó de un tirón la cabeza.
-Sí, es mejor que te puedas mover un poco. Si no no tiene gracia, verdad, chicos?- volvieron a reírse de nuevo.- Bueno, te vamos a dar una ventaja de 5 segundo. Apartaos un poco, muchachos. 4...3...2...1...- Intenté echarme a correr, pero dos me agarraron por los brazos. No quería matar a nadie más hoy. Por muy bastardos que fueran, yo no era nadie para decidir quién vivía y quién no. Pero me ocuparía de ellos de una u otra forma.- Uy, vaya!- exclamó con sorpresa fingida- qué lenta eres!
-Déjame marcharme.- siseé entre dientes.
-Pídeme de rodillas que no te haga nada.- ordenó mientras su adrenalina se disparaba, podía olerlo en su sangre.- vamos! ruégamelo!-me agarró del cuello, pero no notaba la frialdad de mi piel por el jersey de cuello vuelto.



Siento haber estado tanto tiempo fuera, pero tuve un montón de exámenes. Si alguien sigue ahi, gracias por tu paciencias :)

Regalito de Navidad :D 

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