Atención: Este capítulo contiene partes azules. No me responsabilizo si váis directamente a leerlas (xD) y mucho menos de los comentarios que éstas susciten.
-Me he tomado la libertad de colgar mi ropa en la terraza para que se seque cuanto antes, espero no haber errado.- avisó un poco avergonzado, mientras me miraba de arriba abajo de reojo, intentando que no se notara.
-No, no, buena idea. Por cierto, te he escuchado algo de que no tenías gel…-sonreí malévola. Frunció los labios en un mohín infantil y adorable.
-Perdona, pero no todos tenemos tu voz de soprano.- sonreí.
-Lo siento, sólo quería meterme un poco contigo.- Me acerqué y le besé con suavidad. Esbozó una sonrisa pícara.
-Si me vas a pedir perdón de esa forma, puedes meterte conmigo cuando quieras.- puse los ojos en blanco y le di un manotazo juguetón mientras sonreía. Escuché como suspiraba.
-Qué ocurre?- Pregunté mientras acariciaba su mandíbula. Noté la barba incipiente bajo las palmas.
-Entiendo que no te sientas preparada y que no quieras hacerlo pero presentarte de esta guisa delante de mi persona… roza la crueldad.- Intenté taparme un poco, ruborizada, incómoda y sintiéndome culpable.
-Yo…yo…esto…lo siento, Tristán. En serio, no pensé que fuera tan duro para ti.
-Y no lo es la mayoría de las veces. Estar contigo, verte feliz y sentir tu mano junto la mía es suficiente…pero no siempre. Cuando veo las formas de tu cuerpo, o cuando te oigo suspirar cuando me dejo llevar en un beso… me resulta muy difícil continuar siendo un caballero y no intentar persuadirte para conseguir lo que mi cuerpo me grita.- Sonreí cómplice mientras volvía a dejar mi mano donde estaba.
-Se podría decir que es el triunfo de la mente sobre la materia?- Su mano envolvió la mía y besó la palma.
-Sí. Pero temo que un día no sea así.- Fijó sus ojos oscuros en los míos.- No quiero que te sientas presionada, Isolda. Esperaré, en serio. No me importa. Y estoy casi seguro de que puedo hacerlo. Y si en algún momento llego a no poder controlarme, pégame una bofetada.- Reí bajito.
-No te preocupes, estoy segura de que no hará falta. De todas formas… intentas seducirme?- Frunció el ceño.
-No. Por qué lo dices?- Alcé una ceja.
-Me enseñas ese torso, que jamás me esperaría en un futuro químico, y crees que no provocas nada en mí? Piensas que soy de piedra?- Sonrió con socarronería mientras echaba un vistazo a lo que la toalla no tapaba.
- En serio te seduce esto?- preguntó incrédulo.- Siempre pensé que no era para tanto. No hago casi ejercicio. Camino y poco más.
-Pues Tristán, quién le diera a muchos tener los músculos tan bien definidos.
-Entonces… soy tu tentación?- preguntó con una sonrisa pícara. Se aproximó hasta que quedamos a pocos centímetros, con nuestros cuerpos casi tocándose. Casi escuché un cortocircuito en mi cerebro cuando mi sinapsis empezó a fallar.
-Ajá…
-Eres de las que suelen sucumbir o no?
-Intento no hacerlo, pero puede que contigo haga una excepción.- Me sorprendí de mis propias palabras. Dónde estaba la Isolda tímida que siempre había conocido!?
Tristán se mordió el labio inferior -gesto que seguro yo le había pegado- ofreciendo, sin darse cuenta, una imagen absolutamente tentadora. Deshizo la distancia que nos separaba y comenzó a besarme, primero dulce y después con repentina fiereza. Enredé mis dedos entre sus cabellos mojados y gemí cuando me cogió en volandas por las pantorrillas. Sentí la puerta de mi armario en la espalda cuando sin querer chocamos contra ella. Comencé a hiperventilar cuando sentí sus labios en el cuello.
Por favor, que no pare, que no pare… pedí mentalmente. Pero el destino, que parecía aburrido y yo debía ser su bufón personal, hizo que Tristán se separara con un gemido ronco, dejándome con suavidad en el suelo.
Sentía el corazón latiéndome con fuerza en las sienes, y tuve que concentrarme para escuchar bien lo que Tristán decía.
-No puedo, no puedo…-se lamentaba para sí mismo. Se dio la vuelta cabizbajo.- será mejor que me vaya.- soltó.
No, no podía dejar que lo hiciera. Él pensaba que yo no estaba preparada, pero sí que lo estaba. Tenía un poco de miedo ante lo desconocido, sí, pero confiaba en él. Mi novio no parecía tener miedo por sí mismo, sino por mí, de modo que no tenía de qué preocuparme. Tomé un gran trago de aire y dejé caer la toalla al suelo. Tristán se dio la vuelta disponiéndose a irse, pero se quedó petrificado cuando aparecí en su campo de visión. Desvió la vista hacia un lado, repentinamente ruborizado.
-Em…esto…creo que se te ha caído…la toalla…se ha caído…-comenzó a balbucear. Si no hubiera estado tan nerviosa como él me hubiese reído.- Oh, joder, soy gilipollas.-dijo entre dientes mientras se desordenaba el cabello .
-En serio quieres irte?- pregunté obligando a que me saliera la voz. Negó con la cabeza.- Acércate.- Tragó saliva pero hizo lo que le pedí. Acerqué los labios a su oído y sentí cómo se estremecía cuando mi aliento rozó su piel.- No te preocupes, sé que podemos hacerlo.- Rocé su mejilla e hice que me mirara.- Tienes miedo porque no puedes controlar la situación?
-Puedo soportarlo.- Sonreí intentando darnos confianza a ambos.
-Intentémoslo, por favor.- Deposité un tímido beso en la comisura de su boca. Tomó aire y escuché su toalla caerse al suelo con un ruido sordo.
Las sábanas de mi cama crujieron cuando nos acostamos encima. La urgencia de los minutos anteriores había desaparecido, y en la habitación sólo se escuchaban nuestras respiraciones erráticas entre beso y beso.
Sus manos suaves y fuertes al mismo tiempo pararon de acariciarme al llegar a mi cadera. Irguió la cabeza unos centímetros, cerrando los ojos para que no pudiera ver su mirada de desesperación.
-Por favor, dime que pare ahora.-rogó con voz ronca y desesperada.- Pídemelo ahora porque no voy a poder parar después.
-No lo hagas.-pedí. Abrió los ojos y fijó sus ojos azabache en mi mirada.- Quiero hacerlo. Confío en ti, Tristán.- Pasé las yemas de los dedos por sus mejillas.- No temas,-susurré- somos como una sola persona.- Rozó con suavidad sus labios contra los míos.
Em... esto... tirurirurá~ -OME, que vergüenza me da subir estas partes... casi tanta como escribiéndolas...-
Espero que os haya gustado, intenté que fuera una muy tierna primera vez para ambos... (<--Tristán es virgen, como ya sabéis.) -PD: en vez de poner virgen primero puse gay... tengo miedo de mi cerebro... :___D -
Bueno, creo que lo que hay entre paréntesis en el título es muy apropiado xDD
Pobre Tristán, no se esperaba a la Isolda seductora... (y ella tampoco)
En fin, ya os dejo. Espero vuestras reacciones!
PD: créeis que la música está bien para este cap? a mí sí me lo pareció (sobre todo por la letra)
Hey, que es eso de cortar la escenita ahí? (?) Nah, que es coña xD Muy mono todo...me ha gustado. Y no opino de la música porque desde el móvil no me deja escucharla... xD
ResponderEliminaramo esta musica es tan...no se preciosa!
ResponderEliminary tambien estoy muy cabreada por cortar la escenita eh? jajajaja
Tiene razón Carmen, como lo cortas ahí? me gusta mucho el capitulo, no esta ni muy ñoño ni muy explícito, en el punto justo. con la música acertaste le queda muy bien. pd: no se si soy o es que la pusiste tu así, pero la letra blanca del final del capitulo casi no la entiendo podrías poner otro tipo de letra? claro si quieres gracias :) Zeltia
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