Soundtrack: Requiem on Water- Imperial Mammoth
Entro en mi habitación. Veo la forma de tu espalda definida a través de la camisa de cuadros en tonos azules. Veo que estás ojeando algo.
-Cariño, qué haces?- Te sobresaltas y se te cae lo que estabas hojeando al suelo. Veo mi diario encima de la alfombra, abierto en una página al azar. Te miro esperando una respuesta.
-Yo… em… este… lo vi y…- Tomas aire mientras te desordenas los cabellos.- Lo siento, sé que no debí hacerlo, pero me entró curiosidad. He visto que sólo… has escrito los días que hemos estado juntos. Bueno, has llenado un montón de páginas, pero has empezado el día que nos conocimos.
-No quería que se perdiera ningún detalle. Pensé que sería bonito recordarlo cuando seamos viejos y leerlo a nuestros hijos, y nietos… Es una tontería.
-Podría convertirse en una novela, sólo tienes que cambiarle los nombres.
-Jamás publicaría nuestra vida! Pero… te gusta? Está bien escrito?
-Claro. Cómo todo lo que tu escribes. Siempre te he dicho que eres una escritora fabulosa.
-Gracias. He… recibido una carta de otra universidad. Es la mejor aceptación que he recibido, puesto que es referencia para estudiar filología.
-Yo también he recibido la carta de que me aceptaban en la que tiene el mejor programa de ciencias. Tendría a un profesor erudito.
-Yo tendría a un autor de best-seller y a un miembro de la Real Academia.- Suspiramos a la vez.- Es mejor que vayas allí.- Levantas la cabeza con brusquedad.
-Qué!? No quiero separarme de ti!
-Es lo mejor… sería muy egoísta por mi parte hacerte venir conmigo.- Mi voz falla por momentos. Las lágrimas se agolpan en mis ojos, pero debo hacer lo correcto.
-Vente conmigo.- Niego con la cabeza.
-Es una oportunidad increíble. Y es todavía más increíble que me hayan aceptado.
-Isolda, quiero que seas sincera. Si hubiera oportunidad, vendrías conmigo?
-Sin dudarlo.
-Entonces qué problema hay!? Me quedaré aquí.
-No, no debes.- Te quedas callado unos instantes. Casi puedo escuchar los engranajes moverse en tu cabeza. Levantas la mirada con ojos brillantes.
-Hay una universidad en la cual ambos hemos sido aceptados, y en la cual nuestras carreras las dan muy buenos profesores. No las dan eruditos, pero están muy bien consideradas igualmente. Vayamos a esa.- Me muerdo el labio inferior.
-Una parte de mí quiere hacerte caso, pero otra me dice que es una oportunidad genial lo que nos están ofreciendo.- Te acercas. Coges mi mano y la pones en tu mejilla.
-Mi amor, quiero verte cada día, despertar a tu lado, reírme de tu mirada legañosa al sonar el despertador. Quiero verte en el campus cada día porque eso me ayudará a seguir adelante en cada clase, cuando mis fuerzas parezcan a punto de desaparecer. Quiero abrazarte cada noche antes de dormir y que tu respiración acompasada siga siendo la mejor canción de cuna.- Besas el dorso de la mano que tengo en tu mejilla. Siento cómo lágrimas calientes se desbordan de mis ojos y mojan mi rostro. Después de dos años de relación, todavía me sorprendía que, a pesar de ser tan diferentes en un principio, pensásemos tantas veces igual y que fuésemos hechos el uno para el otro.
-Meum vitae, llevo intentando convencerte de dejarte ir pensando que es lo mejor para ambos desde que nos graduamos pero ya no puedo intentarlo más. –me abrazo a ti y hundo mi rostro en el hueco de tu cuello.- Ego accipere. Acepto.- Me besas con una sonrisa.- Y tu padre, lo aceptará?- te encoges de hombros.
-Me da igual, soy mayor de edad. Será muy estricto y todo eso, pero tendrá que hacerlo; mi madre lo ayudará.
-Tienes razón. Puede que tarde, pero te quiere y sólo anhela tu felicidad.
-Bueno, tenemos que ponernos a buscar piso ya!
-Vamos a irnos a vivir juntos?
-Claro. En una residencia no podemos estar en la misma habitación… o no quieres?- te desesperanzas de repente. Sonrío.
-Pues claro que quiero,inludere! Simplemente que me parece mentira que vayamos a hacerlo ya.- se escucha una llave entrar en la cerradura de la puerta. Suspiro.- Habrá que decírselo a nuestros padres.- Me coges la mano y le das un apretón infundiéndome ánimo.- Espero que tus conocimientos de física nos ayuden a esquivar los cuchillos.- Bromeo. Sueltas una carcajada.
-Calcularé la velocidad y la trayectoria, no te preocupes.- Palpas el vaquero.- Oh! Que suerte! Si tengo aquí a Casio!- levanto una ceja.
-Por qué razón llevas una calculadora científica en el bolsillo?- En vez de contestarme, comenzó a silbar.
Este es el penúltimo capítulo! *ríe y llora a la vez*
Ya os avisé de que este iba a ser corto, pero el próximo será más largo, os lo aseguro ^^
PD: alguien lee con música?