Capítulo Quince.
-Certo, Elisabetta. Cayo foglie è un po 'amaro. La verità, hai ragione, consulente matrimoniale essere non è il mio genere. Cara, se non è chiedere troppo, avrei potuto sapere che è successo al tuo stato d'animo è quello?- “Claro que si, Elisabeth. Deja a Cayo, está un poco amargado. La verdad, tienes razón, ser asesor matrimonial no es lo mío. Querida, si no es mucho pedir, podría saber que te ha pasado para que tu humor esté así?” me dijo Aro. - Cayo caro, siediti per favore – “querido Cayo, siéntate por favor” Cayo le hizo caso y vi en los ojos de Aro que iba a saber lo que le interesaba de todos modos.
Le ofrecí mi mano para indicarle que sí le dejaba. Aro sonrió y cogió mi mano entre las suyas. Fue buceando por mis recuerdos hasta llegar a hoy. Pasó por lo de Jessica y se paró en mi conversación con Edward. Me tensé sin poder evitarlo.
-Vas a hacer algo este fin de semana?
-No lo sé, por qué?- abrí los ojos, sorprendida.- Espera, espera, espera. Edward Masen, estas pidiéndome una cita? –no pude evitar sonreír. Me gustaba la idea. Sus pulsaciones siguieron en un nivel un poco desaforado. Ojala jasper estuviera aquí, no quería que le diera un ataque al corazón, o una arritmia, o lo que fuera.-
-Bueno, es un poco pronto. En realidad te estoy pidiendo una visita turística.
-Una visita turística?- maldita sea. Su mente seguía en blanco. O este chico tenía una capacidad cerebral mínima que le impedía pensar, o yo no le podía leer la mente. La opción más normal era la segunda. Con lo fácil que hubiera sido distinguir sus intenciones habiéndole leído la mente! Que frustración!-
-Bueno, me gustaría conocer el pueblo. Por no perderme y esas cosas
-Ah! Quieres que te enseñe Forks?
-exacto.
-No hay mucho que ver. Te bastaría una hora. Y eso contando con ver todo con todo detalle. Lo más guay, por así decirlo, seria La Push, la reserva de los Quileutes. –un lugar al que no podría llevarle porque los licántropos se abalanzarían sobre mí en cuanto me vieran, o me olieran.-
-Pero eso ya lo conozco! Vivo allí
-QUE!?-inspiré un poco de aire disimuladamente. Si, en efecto olía un poco a licántropo.
-No lo sé, por qué?- abrí los ojos, sorprendida.- Espera, espera, espera. Edward Masen, estas pidiéndome una cita? –no pude evitar sonreír. Me gustaba la idea. Sus pulsaciones siguieron en un nivel un poco desaforado. Ojala jasper estuviera aquí, no quería que le diera un ataque al corazón, o una arritmia, o lo que fuera.-
-Bueno, es un poco pronto. En realidad te estoy pidiendo una visita turística.
-Una visita turística?- maldita sea. Su mente seguía en blanco. O este chico tenía una capacidad cerebral mínima que le impedía pensar, o yo no le podía leer la mente. La opción más normal era la segunda. Con lo fácil que hubiera sido distinguir sus intenciones habiéndole leído la mente! Que frustración!-
-Bueno, me gustaría conocer el pueblo. Por no perderme y esas cosas
-Ah! Quieres que te enseñe Forks?
-exacto.
-No hay mucho que ver. Te bastaría una hora. Y eso contando con ver todo con todo detalle. Lo más guay, por así decirlo, seria La Push, la reserva de los Quileutes. –un lugar al que no podría llevarle porque los licántropos se abalanzarían sobre mí en cuanto me vieran, o me olieran.-
-Pero eso ya lo conozco! Vivo allí
-QUE!?-inspiré un poco de aire disimuladamente. Si, en efecto olía un poco a licántropo.
Como no lo había notado antes? Ah, me olvidaba. Sin saber aun la razón, mis sentidos se embutían cada vez que estaba cerca de Edward.
Lo único que sentía cada vez que estaba cerca de él, era su genial efluvio y el de su sangre, que hacía que la garganta me ardiera, pero que podía soportar; y después, solamente me había fijado en sus ojos. Sus ojos verde esmeralda con largas pestañas negras.
Edward se pasó una mano por su pelo de un extraño color cobrizo, nervioso.-
-Que inconveniente hay?
-Yo… bueno, creía que solo vivían quileutes en la reserva.
-Sí. Pero mi abuelo era quileute.
-Oh, veo que tienes un árbol genealógico muy interesante-me forcé a adoptar un tono más relajado.
Los quileutes contaban leyendas-ciertas en su mayoría- sobre los vampiros –los fríos, los llamaban ellos. Podrían haberles llamado cubitos de hielo ya que estamos no?- entonces… Edward sabría que yo era un vampiro? No creía. Si no hubiera salido corriendo y gritando hacia la reserva dando la voz de aviso. Pero… los licántropos me habían encontrado en el bosque! Que hacían fuera de su territorio? No, imposible, él no sabía lo que era.
-Puede. Aunque a mí no me lo parece. Entonces, que me dices?
-Bueno, podría llevarte después a Seattle, si lo deseas.-
Vale, realmente me estaba pasando. Lo estaba llevando lejos de Forks, y tenía miedo de no poder controlarme e hincarle los dientes en el cuello. Nunca me había pasado, ni siquiera siendo una neófita, pero mi cuerpo había cambiado tanto desde que había llegado Edward… no podría exponerlo a un peligro semejante.
Sus pulsaciones, que parecía que se habían relajado por un momento, volvieron a subir al compás de que su sonrisa se hacía más grande.
-Me encantaría, aunque no me atrevía a pedírtelo por no parecer un interesado. –bueno, Alice me avisaría si podría pasar algo, y si estoy consiguiendo hablar con él sin aguantar la respiración, podre pasar una tarde, o un día con el no?-
-No te preocupes. Siempre es un placer ayudar a los forasteros-dije en tono bromista.
Mi sonrisa se ensancho y le guiñe un ojo. Cosa que me sorprendió. Nunca solía ser tan natural con otra persona que no fuera un miembro de mi familia.
Las pulsaciones de Edward seguían a un nivel desaforado. Podía ver como la sangre fluía por debajo de su pálida piel. Era raro, ningún descendiente de quileute era un rostro pálido.
La garganta me ardió en llamas al ver el delicioso color que la piel de aspecto suave de Edward adquiría.-
-Hospitalidad sureña?- contesto él en el mismo tono-
-Sí, pero con mas frio.- reímos y nos fuimos a clase de biología.
-Grazie, cara. quella ragazza, Jessica Stanley, vuoi che vada giù il fumo?- “gracias, querida. Esa chica, Jessica Stanley, quieres que le bajemos los humos?” me preguntó aro, después de soltarme. Se le veía muy entusiasmado con la idea. Sonreía mucho más de lo normal y sus ojos carmesíes brillaban con la posibilidad de una nueva presa.-
Bieeeen!! (¿?)
Me parece mal que si no os aviso, muchas ni os enteréis de que he subido, a pesar de que aviso por estado de tuenti y twitter...
bueno, en fin, que hasta el proximo capitulo y comentad, porfaplis
mola muchisimo en serio, sigue asi!! I LOVE ITALIANO (L)
ResponderEliminarNo te quejes, tu deber como escritora es avisarnos (?) xD
ResponderEliminarWhat´s the...?!
ResponderEliminarTONGO TONGO!
Ha sido un capítulo flashback ya leido! (no? a mi me suena.)
Baaaah, da igual. Esta bien de todas formas.
A por el siguiente!
He vuelto ;)
ResponderEliminarhecho de menos un lobo buenorro por cierto
jajja esta genial :)
yo si me entero, y ademas voy mirando de vez en cuando para vewr si sibiste o no. me gusta el capitulo, por cierto carmen si ella nos tiene que avisar pero nosotras como lectoras tenemos que ir mirando si sube capitulo o no, porque nosotras somos la que la leemos y estamos interesadas. zeltia:)
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